Luego de meses planeando cada detalle, por fin comencé mi viaje iniciático; ese que todo hombre debe hacer para conocerse y descubrir el mundo. Una invasión de entusiasmo y vértigo. Al llegar a la esquina, recordé que no había cerrado la llave de gas. Volví de prisa al departamento, aplazando el viaje una vez más.
Pensamiento Carretel