Apenas volvimos del recreo la señorita me hizo pasar al frente. Debía leer mi narración. Comencé a sudar mientras sacaba el bollo de papel donde hacía recién, en un rincón del patio, había escrito entre llantos y apuros. Las miradas burlonas de mis compañeros y la impávida de la maestra, se posaron en mi. Inicié la lectura: “ Tema: La escuela. La escuela es un lugar que odio. No me gusta la tarea ni que me reprueben porque en casa se enojan conmigo y tantas otras cosas. Como muchos saben mi papá es policia, pocos saben que a veces llega ebrio y nos pega a mi mamá y a mí. Al principio venía a la escuela aliviado de no estar en casa y verlo. Pronto comenzaron a agredirme también en la escuela. Gordo, Gordo trolo. Alguna patada en el culo, escupitajos y esas cosas. Por eso no me gusta la escuela. La señorita siempre se hizo la distraída y la única vez que le conté lo que me pasaba me dijo: no sea alcahuete y arregle sus problemas como hombrecito que es.” Perdón que llore, sigo:
Pensamiento Carretel