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El Dragón


       El hombre montado a su caballo fue en busca de su enemigo histórico: El Dragón. Veloz logró alcanzarlo y darle su merecido con una larga espada helada. El dragón en un quejido sordo se tumbó dentro del fuego de baba. El caballo, espectador de lujo, se reflejó en él a través de la selección natural de las especies. Enseguida se vislumbró muerto frente a ese espejo inefable.

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Acuario

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Pelopincho

        En el fondo de casa armamos la pileta para mi cumple de mañana, dijo Thilo emocionado y abriendo grande los ojos agregó: la Pelopincho, la que tiene un montón de hierros atravesados. Para tal emprendimiento fue necesaria la ayuda de una ingeniera catalana admiradora de Gaudí.      Al día siguiente, el verano caluroso de Buenos Aires no tardó en posicionarse, a la vez que iban llegando los invitados con la malla puesta y el deseo urgente.      Los primeros en zambullirse fueron los amigos de fútbol y de la escuela. Enseguida se metió la tía con sus gemelas, un narigón vestido de jardinero que baila en la murga del barrio, la vecina que trabaja en una juguetería, un león flaco demasiado travieso, dos nubes cargadas de algodón que volaban bajito, un delfín de siete colores, una mano cabal aferrada a un tejo playero, el alba del día anterior que nadie había olvidado, uno con la camiseta de Chacarita... De pronto un señor bigotudo se sumergió con patas de rana y escafandra.

Obelisco

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