Distiendo el hilo, pensamiento carretel
aflojando las deshoras ya no mansas
se dispara el aguijón de la balanza
aún si intentara no podría detener.
Arriba ávido mar, abajo nada en la
sombra
noche sin estrellas, ideas sin carne
fauno solemne de áciagas fauces
observa la escena, me nombra.
Sigue al acecho, perpetuo de hiel
vedo todo intento esperanzado
sucumbo ante su hálito dorado
cierro los ojos, pensamiento carretel.
Comentarios
Publicar un comentario